NEBIOT, El camino recorrido hasta la fecha
- Henry Arellano Peña
- Jan 22, 2018
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En el año 2007, durante el transcurso de mis estudios de postgrado, tuve el primer impulso para crear una empresa que trabajara en torno a la caracterización, valoración y cuantificación de servicios ecosistémicos. El motivo que me impulsaba en aquella época no era otro que el de realizar estudios que sirvieran para la correcta toma de decisiones y desde luego, para poder aportar a los interesados el conocimiento adquirido durante mis años de vida profesional; quería ejecutar dentro de un proyecto, la totalidad de las actividades planificadas, los presupuestos destinados para ello, así como lograr demostrar que en la ejecución de proyectos, lo más importante no era cumplir con un protocolo de normas burocráticas, ni lograr las metas de ejecución del presupuesto asignado de alguno de los departamentos de planeación de las instituciones, si no por el contrario, que lo más importante era el verdadero impacto del conocimiento y su traducción en beneficios socioeconómicos directos, que mitigaran parte de la presión humana ejercida sobre los ecosistemas en las regiones trabajadas.
En esta época, me presenté como Nuevo Enfoque Biotropical, NEBIOT, nombre que difiere al de la actualidad Nuevo Estándar Biotropical, con un portafolio de servicios que buscaba realizar caracterizaciones biológicas, cartografía temática detallada y semidetallada, estudios de impacto ambiental y trabajos de ordenamiento territorial. Luego de hacer varios intentos de acercamiento con corporaciones, alcaldías y entidades gubernamentales, obtuve como resultado una gran desilusión, debido principalmente a la maquinaria política, burocrática y clientelista que se interponía entre mi iniciativa y la ejecución de los proyectos. Por esta razón, desistí en la creación de la empresa y continúe mi vida académica y laboral como miembro de distintos grupos de investigación, como contratista, asesor, consultor en organizaciones del sector ambiental y como estudiante de doctorado entre los años 2008 y 2012.
En agosto de 2012, sustenté la tesis doctoral titulada “Servicios ambientales de la biodiversidad: Almacenamiento de carbono y deforestación evitada, en áreas del Caribe colombiano”, la cual obtuvo la primera Mención Laureada para el doctorado de la carrera de Biología (resolución 089 de 23 de octubre de 2012 Facultad de Ciencias Universidad Nacional de Colombia). En este trabajo, incorporé todo el conocimiento adquirido en la realización de los trabajos de pregrado y maestría (entre los años 1999 y 2008) y respondí a varios cuestionamientos que me surgieron durante el desarrollo de estos.
El primer grupo de cuestionamientos abordado en el trabajo estuvo relacionado con la distribución de la vegetación, los ecosistemas y como lograr incorporar el conocimiento logrado sobre el tema hasta la fecha en la cartografía temática. El núcleo central de mi razonamiento partió de la historia sobre los estudios de vegetación en la región tropical. Siempre me pregunté, ¿Por qué en un país como Colombia, teniendo innumerables contribuciones al conocimiento de la flora, la vegetación y los ecosistemas, no se cuenta con buenos y suficientes insumos cartográficos sobre el tema para la correcta toma de decisiones?
Desde luego, contar la historia completa de los estudios sobre la vegetación y los ecosistemas así como sus distintos componentes abarcaría más de un tomo enciclopédico, sin embargo, como referente temporal y sin desmeritar el conocimiento tradicional indígena sobre el tema, los aportes de la ciencia al conocimiento de la vegetación, la flora y los ecosistemas en américa se remontan hasta finales del siglo 18 y principios del siglo 19 con los trabajos pioneros en flora y vegetación de Mutis, Caldas, Humboldt y Bonpland. Sin contar los aportes más recientes, si queremos profundizar y conocer un buen resumen sobre algunos aportes sobre el tópico para Colombia, podemos leer a Van der Hammen & Rangel (1997), Amat & Aguirre (2015) y González et al. (2015).
Teniendo esto en mente, tres hechos marcaron el desarrollo de este componente. El primero, fue conocer parte del increíble trabajo ilustrado de Caldas y la forma magistral en que relaciona sus levantamientos topográficos con las observaciones de la distribución geográfica y altitudinal de algunas especies; el segundo hecho, giró en torno a mi participación en una reunión institucional que presentaba como gran avance del país, el mapa de Ecosistemas de Colombia del 2007. En esta, discutí con un funcionario del IDEAM el hecho de justificar el refinamiento de la información utilizada a nivel de vegetación, y soporte de la definición de ecosistemas, con la eliminación de todos los autores que no presentaran información georreferenciada por GPS. Desde luego, los trabajos y observaciones de investigadores realizadas antes de finales de los 80 y tan importantes como las de Cuatrecasas, Schultes o Van der Hammen, fueron descartadas de un plumazo, esto sin contar con la poca o nula organización de la información de la vegetación, la carencia de información sobre grupos faunísticos y el desacierto de elegir, como base para el producto, la metodología CORINE LAND COVER. El tercer hecho lo constituyó, el trabajo basado en la información de mencionado mapa; para mayor sorpresa, las unidades registradas en el mismo, poco o nada correspondían en sus distintas entradas con la realidad de nuestras áreas de trabajo; estas ubicadas en la región caribe, en alta montaña de las tres cordilleras y en el Chocó biogeográfico.
El segundo grupo de cuestionamientos tuvo como como eje central la cuantificación de servicios ecosistémicos, en especial del contenido de carbono, hidrógeno y nitrógeno en la biomasa aérea de los bosques. Después de leer varios artículos sobre el tema, llegué a la conclusión de que la alometría (metodología que estudia la forma de los elementos estudiados a través de sus atributos geométricos, y los relaciona a través de fórmulas, por lo general logarítmicas, con el fin de encontrar un atributo desconocido como el volumen y la biomasa), debido a su naturaleza, representaría una herramienta adecuada en formaciones vegetales homogéneas, en cultivos y plantaciones; sin embargo su uso representaría un gran sesgo en formaciones diversas a nivel de especies, contenidos de biomasa, estados sucesionales, edades, y tipos de arquitectura, como las presentadas en los bosques tropicales. Por otra parte, no me cabía en la cabeza la necesidad de talar árboles (apeo) con el fin de mejorar o concebir nuevas fórmulas alométricas, teniendo en cuenta la disponibilidad de tantas herramientas tecnológicas. El uso de la alometría en el cálculo de los servicios ecosistémicos, sin lugar a duda se origina a partir de su uso extendido en las disciplinas forestales comerciales.
A estos motivos, se sumó el fomento por parte del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) del uso del 50 % de la biomasa como contenido de carbono elemental (ahora es de 47%), lo que implicaba un sesgo adicional a las desviaciones debidas a los métodos mencionadas. Es conocido, que este valor puede fluctuar entre individuos y entre los órganos de los individuos. Es decir, a nivel específico e interespecífico.
Como un gran resumen de los resultados del trabajo, concluí: 1. Qué es posible a través de las herramientas computacionales actuales, incorporar con gran precisión la distintividad biológica de los análisis puntuales (sitios de muestreo) en la caracterización de los patrones regionales de vegetación y cobertura. Logrando de este modo incorporar el orden, la jerarquía y el sentido organizacional de la información sobre los muestreos y observaciones de campo, necesario en los estudios de la vegetación y los ecosistemas, características no presentes en los insumos oficiales y 2. Qué en la escala de las formaciones vegetales, los resultados del almacenamiento de carbono obtenidos con el uso de la alometría y el 50% de la biomasa como contenido de carbono elemental, subestiman los resultados de carbono almacenado en las formaciones en un intervalo estimado entre 36 y 96%. Estos resultados dependen principalmente de las características estructurales y arquitecturales dominantes de las especies que constituyen dichas formaciones. Cabe anotar que a escala regional (formaciones representadas en un mapa temático), estas diferencias variarían enormemente si se realiza además una comparación que incorpore las grandes falencias encontradas en los mapas temáticos oficiales.
Posterior a la sustentación del trabajo en el año 2012, recibí una propuesta de una empresa privada para liderar un proyecto REDD+ sobre cerca de 4 millones de hectáreas en el Departamento de Guainía. Es importante mencionar, que a pesar de que parte de los resultados sobre una de las localidades del trabajo doctoral, fueron el fundamento de la línea base del primer proyecto REDD+ implementado en Colombia, “el Corredor de Conservación Chocó-Darién”, el sentido del trabajo doctoral en sí representa una fuerte crítica a los estándares, métodos y módulos de este tipo de proyectos en el mundo. Basado en esta posición, trabajé por cerca de 5 años en generar una de las réplicas del trabajo doctoral, en este periodo toqué puertas, busqué ayuda nacional e internacional con el fin de sacar adelante una nueva forma de abordar los proyectos de pagos por servicios ambientales tipo REDD+; esto desde luego con nuevas propuestas con cambios a nivel de las estimaciones, de la cuantificación económica, a nivel de las líneas base sociales y a nivel de la implementación de las actividades.
Durante este periodo comprendí con claridad la posición del país con respecto al tema. A diferencia de la acogida de los métodos en el exterior, el país ha avanzado en la implementación del pago por servicios ambientales basados en las metodologías tradicionales y fundamentado en los insumos oficiales (en el año 2015 se publicó una nueva versión del mapa de Ecosistemas de Colombia, bajo las mismas directrices del producto del 2007 aunque a una mayor resolución. Lamentablemente la inclusión de información fundamental sobre el esqueleto vegetal y ecosistémico sigue ausente). Incluso se apoyan mecanismos sin ninguna clase de planificación, validación, verificación, monitoreo ni control en la capacidad de carga de los territorios. Situación que culminará en la no permanencia de las iniciativas, en el aumento de la capacidad de carga de las regiones y desde luego generará un mayor impacto transformador en el futuro. En otras palabras, en la mayoría de entidades del país existe una carencia de capital intelectual en los niveles directivos. Por lo cual, la posibilidad de tomar un camino distinto para cambiar el statu quo, representa una vía que hay que evitar, lo cual es lamentable teniendo en cuenta las enormes ventajas que una implementación de este tipo representaría para los intereses del país.
En este punto, decidí avanzar en el tema con la creación de NUEVO ESTANDAR BIOTROPICAL NEBIOT S.A.S. como herramienta de financiamiento que busca recursos de diferente índole a través de la venta de servicios de alta calidad en torno al desarrollo, implementación, reglamentación y cumplimiento de robustas metodologías y tecnologías. Con dichos recursos se busca culminar todo el camino que falta por recorrer para completar y mejorar significativamente los desarrollos alcanzados hasta la fecha. En otras palabras, con NEBIOT se busca generar el impacto necesario para enfrentar el statu quo desde la práctica.
Para finalizar, agradezco inmensamente el acompañamiento del equipo NEBIOT en esta nueva iniciativa, y espero que los productos y servicios ofrecidos nos lleven a todos a satisfacer además de nuestros objetivos investigativos y sociales, las necesidades de conservación, preservación, mantenimiento, uso adecuado y restauración de nuestros ricos ecosistemas tropicales.
Los procesos desarrollados para lograr los resultados descritos de forma general, son las bases teóricas del estándar usadas por NEBIOT, las cuales son parte de las metodologías NEB001 metodología Canonical Correspondence Analysis-Fuzzy-Land Cover (CCA-F-LAND COVER) y NEB002 metodología 3d-Carbon Pool in Trees (3D-CPT), trabajos protegidos por el momento bajo el estándar Creative Commons con atribución, no comercial y sin derivación.
REFERENCIAS
Van der Hammen, T., & J. O. Rangel-Ch. 1997. El estudio de la vegetación en Colombia (Recuento histórico-tareas futuras). 17-57 pp. En: Rangel-Ch, J.O., P. Lowy-C, M. Aguilar-P. (eds.), Diversidad Biótica II. Tipos de Vegetación en Colombia. Universidad Nacional de Colombia-Instituto de Ciencias Naturales, Instituto de hidrología, Meteorología y estudios Ambientales (IDEAM)-Ministerio del Medio Ambiente, Comité de Investigaciones y Desarrollo Científico-CINDEC.U.N, Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Bogotá, D.C. pp. 436.
Amat-G., G. & J. Aguirre-C. 2015. Protagonistas de la Biodiversidad en Colombia. Biblioteca José Jerónimo Triana, Número 30, Colección Retratos de la Biodiversidad. Jardín Botánico José Celestino Mutis, Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Ciencias, Instituto de Ciencias Naturales. Bogotá, D.C. pp. 89.
González-O., C.E., E. Malte-C. & R. Varona. 2015. Francisco Jose de Caldas and the early development of plant geography. Journal of Biogeography. http://wileyonlinelibrary.com/journal/jbi 1 doi:10.1111/jbi.12586
Arellano-P, H. & Rangel-Ch., J.O. Preprint: CCA-Fuzzy-Land Cover and its implication in deforestation analysis: new method used for the classification of vegetation types and coverages. arXiv:1508.01916 [q-bio.QM],1-60 (2015).
Arellano-P, H. & Rangel-Ch., J.O. Preprint: A solution to the high bias in estimates of carbon held in tropical forest above-ground biomass. arXiv:1508.03667v1 [q-bio.QM],1-59 (2015).